A lo largo de la vida, enfrentaremos muchas pruebas y procesos. Nuestro paso por este mundo, nunca será fácil ni perfecto, sin embargo debemos confiar en aquel que tiene el control de todas las cosas, nuestro Dios.
A veces no entendemos y nos quejamos o le preguntamos a Dios, ¿por qué me pasa esto a mi? O le rogamos por favor sácame de esta situación, de esta prueba, no quiero enfrentar esto.
Hermana, todas en algún momento de la vida enfrentamos los mismos miedos e inseguridades. Sobre todo aquellas que tiene que ver con la familia. Cierto?
Qué si el hijo está rebelde, que si el esposo es infiel, que si el dinero no alcanza…
Son algunas de las preocupaciones que solemos tener las mujeres.
Estas preocupaciones no son exclusivamente tuyas mujer, las tiene tu vecina, tu madre, tu hermana, tu prima, la pastora, etc.,
Lo importante es la actitud que tomes y cómo manejes tus emociones en este tipo de situaciones.
Así que vamos a leer en 1 Pedro 5:6-11.
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
1 Pedro 5:6-11
Analicemos lo que nos está diciendo el Señor en estos versículos.
Primero nos habla de humillarnos ante Dios, y que reconozcamos que él tiene cuidado de nosotros. Y es aquí en donde debe estar fundada nuestra confianza.
Pues cuando, nos preocupamos por algo, en realidad es porque pensamos que esa situación está en nuestras manos y no tenemos cómo solucionarlo.
Oye pero espérate, yo tengo el control dice Dios. Tu no estás sola, yo estoy cuidando de ti. Confía en mi.
¿Cómo demostramos nuestra humillación ante de Dios?
Echando toda nuestra ansiedad sobre él, porque él nos cuida.
Y sigue diciendo.
¡Hey! Presta atención, porque el diablo anda como león rugiente a quién devorar.
Porque ¿Sabes algo? Es que en los momentos de preocupación, de afán, es donde estamos más vulnerables ante los ataques del enemigo, porque nuestra fe tambalea, si no confiamos que Dios está con nosotros y tiene el control en medio de esa situación difícil.
Y es ahí que satanás va a venir a tentarnos si le damos acceso con la duda, para que en medio de la incertidumbre y la desesperación, caigamos en desobediencia y pequemos.
Por eso dice: «resistido firmes en la fe».
Porque la fe, es nuestro escudo con el cual apagamos los dardos de fuego del enemigo.
Y nos dice además. Oye, recuerda, que los mismo padecimientos lo tienen nuestros hermanos en todo el mundo.
Y es que cuando, en medio de la prueba, de la aflicción, ponemos delante de nosotros nuestra confianza en Dios, el enemigo se va a encontrar con una puerta cerrada, y se irá.
Al contrario, cuando permitimos que la situación nos golpee, nos afane, el enemigo encuentra una puerta abierta para entrar y atacar.
Entonces, también comprendamos, que no toda circunstancia contraria, no toda aflicción, es específicamente obra del diablo, a veces simplemente nos topamos con baches y obstáculos en el camino.
Pero atenta, porque el diablo sí puede aprovecharse de esa situación para entrar a hacer de las suyas, si nosotros se lo permitimos.
Y mira lo que dice luego.
Después que hayamos padecido un poco, el Dios que nos llamó a su gloria, él mismo nos perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
¿Y qué quiere decir esto?
Qué para ser perfeccionados, afirmados, fortalecidos y establecidos, es necesario que padezca os un poco.
Mujer, no te afanes, lo que estás viviendo, es necesario, Dios está al control y te está moldeando.
Echa esa ansiedad sobre el Señor, y confía, que todo va a pasar.
Así que mantén tu fe firma y no le des chance al enemigo para devorarte.
Dios tiene cuidado de ti y de los tuyos.
Quiero compartirte otros 3 versículos que nos hablan de este tema, para que puedas meditar en ellos.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Juan 16:33
¡Ay del mundo por los tropiezos!, porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!
Mateo 18:7
En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.
1 Pedro 1:6-7
Oh Padre, te damos gracias por las pruebas que nos hacen más fuertes y nos ayudan a crecer. Gracias porque nunca nos abandonas y en medio del desierto estás tú, para darnos de beber.
Ayúdanos a estar firmes, aún en las pruebas más difíciles, para que tú propósito sea cumplido en nosotros. Y el enemigo sea avergonzado y tú glorificado.
Tu eres nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
En ti está nuestra confianza. En el nombre de Jesús. Amén.
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Dios te bendiga.
