¡Bienvenida! En este artículo te voy a contar una etapa de depresión que yo viví, y cómo salí de ella, sin medicamentos ni tratamiento psicológico.
Al final de mi historia, encontrarás una serie de pasos útiles que te ayudarán a ti a salir de ese mismo estado.
¡Empecemos!
Hace poco más de 7 años atrás, yo me sentía frustrada con mi vida espiritual, porque la verdad era que no le dedicaba absolutamente nada de tiempo.
Amaba a Dios, pero mi trabajo estaba siempre en primer lugar, me sentía presionada y preocupada por hacerlo bien, y a pesar de tener la oficina en mi casa, trabajaba de sol a sol, incluso mientras almorzaba, estaba trabajando 
 Tenía aspiraciones, quería volver a estudiar, servirle a Dios, dedicarle más tiempo a mi pequeño hijo, etc.
En ese momento, mi obsesión por el trabajo, me impedía estar más satisfecha con mi vida espiritual. Me sentía estancada, decepcionada de mi misma y culpable por no dedicarle tiempo a mi Señor.
Y en medio de todo ese stress, un día me entero que estaba embarazada de mi hija menor, Victoria.
¿Sabes qué me pasó?
¡Caí en depresión! En vez de estar feliz y celebrar la llegada de mi hija, yo me dediqué a llorar. Mi mundo se fue abajo y mis sueños y aspiraciones quedaron más enterradas. Pensaba que era mi fin, con la llegada de otro bebé, ahora sí nunca iba a poder servirle a Dios, ni estudiar, ni nada.
Para colmo, la relación con mi esposo no era la mejor en ese momento y tenía en mente separarme, así que caí completamente en depresión.
Estuve unos 3 o 4 días, en cama, llorando y casi sin comer, y hasta el trabajo lo dejé botado. Me sentía a morir, porque no sabía que iba a ser de mi. Oraba, pero en la posición de queja y desesperanza, así que nada me calmaba. Ahí me di cuenta de lo terrible que es la depresión. 
Al tercer o cuarto día, decidí que no podía seguir así, sabía que le estaba haciendo daño a mi bebé en el vientre y que llorando no iba a conseguir nada. Así que me levanté como un muerto viviente y me di una ducha.
¡Y que ducha más gloriosa! Cerré mis ojos y solo me quedé ahí parada mientras el agua corría por mi cuerpo.
Y con las pocas fuerzas que tenía, y llorando, oré. Y le dije: Dios, perdona mi incredulidad, por pensar que tu no puedes hacer más con mi vida, perdóname por permitir la depresión y por hacerle daño a mi bebé.
Pude percibir el amor de Dios, y dije: así como esta agua limpia mi cuerpo, así tu amor me limpia por dentro y arranca la depresión.
Luego sentí en mi interior que debía echar fuera la depresión, entendí que era un espíritu maligno quien me estaba atormentando.
Así lo hice, sentí ganas de vomitar y algo dentro de mi que se retorcía, le ordené que también saliera de mi hija que estaba en mi vientre y le pedí perdón a ella también.
Pronto la paz volvió. ¡Y qué paz!
Wow qué poderoso es el Señor, él mismo me guió para liberarme de la depresión.
No necesité pastillas, ni psicólogo, ni un encuentro, ni que alguien me impusiera las manos, ni pedirle oración a nadie, solo Dios y yo, con un corazón contrito y humillado.
Él Espíritu de Dios me hizo entender, que TODO A SU TIEMPO, yo no debía desesperarme, sino dedicarme a crecer con ÉL
DIOS ESTÁ CONTIGO mujer, y quiere enseñarte a luchar tus propias batallas y obtener la victoria.
¡Luego de 9 meses tuve mi hermosa Victoria!
7 pasos que te ayudarán a salir de la depresión
Ahora quiero darte estos pasos de aplicación inmediata, para que salgas YA de ese estado de depresión.
1. Cambia tu creencia
Sé que en tu posición no ves salida ni solución. Así que quiero que primero hagas un pequeño ejercicio mental.
Imagínate a ti, subiendo a la posición donde está Dios. ¿Dios lo ve todo cierto?
¿Crees que Dios pueda encontrar y mostrarte una salida a tu situación?
¿Podrá encontrar Dios, no sólo una, sino varias salidas, o varias respuestas a tu situación?
¿Cierto que sí? Y seguro Dios te las mostraría.
Entonces, si Dios sí tiene soluciones para tu situación, desecha ahora tu creencia, de que «no hay solución», y acepta como verdad que «Dios sí tiene soluciones para mí situación, aunque yo aún no lo vea».
Abraza esa nueva verdad, y úsala para impulsarte a tomar la firme decisión de salir de la depresión.
2. Decisión
Levántate de esa cama, lávate la cara o date una ducha, o sal del cuarto, y toma la decisión firme en tu corazón de salir de la depresión para poder ver las respuestas o soluciones que Dios te quiere mostrar.
3. Autoliberación
Definitivamente no es la voluntad de Dios que te hundas en depresión. Él te ama, y quiere tu bienestar.
Pídele perdón a Dios por albergar incredulidad, por permitir la depresión, cuando Él ya lo venció todo en la cruz por ti. Confiésalo y pídele su amor, su cobertura y su liberación. El Espíritu Santo está contigo para darte libertad.
La depresión entró seguramente, debido a los pensamientos que aceptaste y albergaste, analiza cuáles fueron y pídele perdón al Señor por ello.
La depresión es un espíritu demoníaco que vino para atormentarte. ¡No le permitas cabida en tu vida!
Ahora con esa voluntad y decisión que tienes de salir de esa oscuridad, toma la autoridad que Cristo te dio, y confronta el espíritu de depresión para expulsarlo de tu vida.
Él espíritu de depresión viene normalmente acompañado con tristeza, ansiedad, miedo, terror, suicidio, culpa, desesperanza, desánimo, confusión, muerte…
Nombra cada uno de ellos y ordénales desalojar tu mente, y todo tu ser.
Sentirás como van saliendo, y ordena que no quede ninguno y no vuelvan más.
Una vez libre, la paz del Espíritu te inundará inmediatamente.
4. Ora
Ahora que se fue la depresión, vas a poder ver con más claridad tu situación, ora a Dios, adora, dale gracias y pídele que te muestre la solución.
5. Renueva tu mente
Analiza y anota cada una de esos pensamientos negativos que te llevaron a deprimirte, y conviértelas en posibilidades.
6. Busca y hallarás
Ya con tu mente dispuesta, busca las diferentes soluciones a cada posibilidad de tu situación actual y actúa paso a paso, con tu fe firme puesta en Dios.
7. ¡Comparte tu experiencia!
Sé de bendición a otras personas que también sufren depresión, cuenta tu testimonio a tu comunidad y en redes sociales si gustas puedes etiquetar nuestra página en facebook @mujeresdeguerra.org
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